jueves, 28 de julio de 2016

El problema somos nosotros.

No sé si soy bueno haciendo algo, pero escribiendo evidentemente no. Un repertorio de palabras cuanto menos, escueto. Pobre. Pero eso no me detiene, desde luego.

La posición de las “comas” o el momento de un punto aparte que aun no entiendo bien, no detiene ni tergiversa mis buenas intenciones. No me trastocan en lo más mínimo. Seré claro, pese a todas mis limitaciones, quiero escribir!

Los temas surgen caminando o mientras tomo un mate, mirando lejos. Después los acomodo y los suelto. La gran ventaja es que, en este sentido no cuesta. Soñar no cuesta nada dicen, y es cierto. La segunda ventaja pero por ello no menos importante es que aquí puedo explayare como en otro lado no lo haría. No es que afuera no quiera hacerlo, cuidado. No es tampoco que afuera decida esquivar el bulto. No es que me ubico en el bando de los callados ni grandes pensadores, para nada. Es que a veces siento que tengo razones más profundas que me hacen callar no porque me sienta superior a nadie. De hecho estoy profundamente convencido de que no lo soy. Pero sucede que creo que la sociedad se ha transformado poderosamente y ya no entiende de vieja escuela. Curiosa vieja escuela bajo la que, gracias a dios, entiendo he crecido.

Esta sociedad que ya no habla ni discute de espectro político, que ya no pretende educación me molesta. Es la misma sociedad sin compromiso que sufre lo que sufre porque prefiere que otros hagan el trabajo sucio al que le llaman política o tristemente “politiquería”.

No los entiendo. El primer paso es entender que somos los ciudadanos los primero responsables de la sociedad en que vivimos y a partir de allí podremos comprender recién lo que nos hace falta para mejorar.

Y expresar este tipo de cosas, en sociedad, es difícil. Porque no te entienden. Porque creen que “todos los políticos son iguales”. Porque caen en la resignación. Porque ya se probo con todo y no hay vuelta que darle. Y yo sencillamente, escribiendo acá, quiero transmitir eso. Que si. Que ha salida. Que no esta todo perdido. Pero hace falta compromiso y acción. Lectura y convicción y todo será mas fácil.
Evitar las discusiones banales llenas de sujetos convencidos en su propio fanatismo alimentara esto que digo. Practicar y no declamar la democracia y el consenso que esta Bendito país necesita es uno de los primeros pasos sino es el primero.


Y por último, siempre. Siempre!. Absolutamente siempre actuar dando el ejemplo. Como puede pretender uno que un político haga algo correctamente si uno no tiene la autoridad moral parar reclamarlo. Si en el nivel en que nos toca desenvolvernos no podemos hacerlo correctamente. Si le pido que no robe pero yo, si le puedo biciletear un vuelto al panadero lo hago. Trabajar en eso pequeños detalles cotidianos quenos cuesta demasiado.

 Ahí está el problema. El problema somos nosotros

1 comentario:

  1. nos quedamos un poco ches, ahora que ya es ingeniero quizás pueda volver a la pluma ;)

    ResponderBorrar